Terminábamos la primera parte de este post haciéndonos una pregunta: ¿de qué formas puede incorporar una
empresa el storytelling en su estrategia de Marketing y Comunicación?
La respuesta es sencilla: de
tantas como le permita la imaginación y el atrevimiento de las personas que
deciden esa estrategia.
Hay compañías que basan la práctica totalidad de sus
actividades de marketing en el storytelling. Bien es cierto que no son muchas,
porque lo primero que deben tener estas compañías es un historia propia que
contar: la historia de su marca. Después, pueden construirse otras historias
alrededor de cada producto o servicio. Y combinarlas todas, utilizando los
medios a su alcance e integrándolos convenientemente. Desde publicidad impresa
a social media, pasando por la televisión. Y… ¿por qué no? Incluyendo, si es
posible, el merchandising del producto. El ejemplo más representativo que
conozco de una empresa que actúe de esta forma es Lego®. Dedicaremos una próxima
entrada del blog a hablar sobre esta marca.
En el extremo opuesto, tenemos a aquellas empresas que
utilizan únicamente datos y comunicación descriptiva en sus actividades. Suelen
ser empresas B2B, con una alto contenido técnico en sus productos. No quiere
esto decir que no puedan recurrir al storytelling si se deciden a ello. Los testimoniales de clientes y los Case Studies son opciones muy válidas.
En el medio, tenemos toda la gama de grises que van del
blanco al negro. Es lo más habitual: empresas que siguen una línea tradicional
de comunicación y, de tanto en cuanto, realizan una campaña basada en
storytelling. Si les va bien, repiten.
En próximas entradas del blog vamos a analizar campañas
de storytelling. A veces, será simplemente un spot de televisión o, como cada
vez resulta más habitual, vídeos producidos para su distribución viral a través de YouTube.
Imaginemos
un vídeo que dura 100 segundos, de los cuales 70 nos cuentan una historia y 30
se emplean en la descripción del producto. Estaremos entonces hablando de un storytelling
del 70%. La proporción puede invertirse y dar más peso a la parte descriptiva.
¿Cuál es la proporción ideal? De nuevo no hay reglas fijas. Dependerá del producto
y de la idea de la que surge la campaña. En general, puede decirse que
solamente las marcas muy asentadas y con un gran conocimiento de marca, entre
su público objetivo, pueden permitirse el lujo de un storytelling cercano al
100%. Cuando esto ocurre, estaríamos hablando de algo muy parecido al Product
placement.
Y para finalizar: ¿Es siempre bueno el storytelling? Respuesta: No, no y definitivamente NO.
De la misma forma que hay novelas buenas, malas y regulares, hay campañas de storytelling buenas, malas y regulares. La mejor manera de evaluarlas sería teniendo acceso a las estadísticas de ventas de las empresas. Como eso no va a poder ser, tendremos que fiarnos de nuestro criterio.
Y para finalizar: ¿Es siempre bueno el storytelling? Respuesta: No, no y definitivamente NO.
De la misma forma que hay novelas buenas, malas y regulares, hay campañas de storytelling buenas, malas y regulares. La mejor manera de evaluarlas sería teniendo acceso a las estadísticas de ventas de las empresas. Como eso no va a poder ser, tendremos que fiarnos de nuestro criterio.
Pero bueno, ya está bien de teoría. Ahora, manos a la obra.
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